Llull y el séptimo arte
Lo primero de todo, quiero felicitar a todo el mundo que ha asistido al Barclaycard Center a esta maravillosa noche de sensaciones. Esas sensaciones que todos hemos sentido cómo cuando quedas por primera vez con una chica, o asistes al estreno de esa peli que llevas meses esperando, o te compras ese cd de tu grupo favorito con nuevas versiones. Sensaciones como por ejemplo, todos recordamos la primera vez que vimos Superman y la alucinación que vivimos transitoria. Esa sensación se asemeja bastante viendo a don Sergio Llull Meliá.
Lo que ultimamente está aportando este chico de Mahón al BALONCESTO es que el que la sigue la consigue. Sabes que faltando segundos a mucha gente le quema el balón, a don Sergio que vá. Lo de esta noche vivido en los finales del segundo, tercer y cuarto cuarto se lleva viviendo un tiempo por la casa blanca. Ni qué decir tiene el resultado final. HA SONADO CHOF!!!!! (Grande Guille, un abrazo al mejor narrador de basket compartido con Lalo y su aeroplano de Mahón).
Don Sergio lleva el 23 por algo en concreto, por ese chaval salido de North Caroline. Ese chaval que hizo que llevar el 23 te hace todopoderoso como llevar el anillo único. Llevar el 23 es cómo cuando un don nadie se liga a la mujer de rojo (grande Gene Wilder) o llevar el apellido Corleone. Quien no recuerda The last shoot:
Del partido que decir, 142-137 igualito que alguno de la liga Endesa. Primera parte bien llevada por los Thunder y a partir del descanso la tormenta perfecta. Ese huracán que llevó a Dorothy al mundo de Oz, ese glaciar que hundió a un barco indestructible de nombre muy recordado por todos. Cuando se desata ese huracan solo queda una cosa por hacer: Rezar para que acabe esa pesadilla. Te sale todo hasta las cosas más raras vistas en una pista de basket.
Obligado a poner a toda su artillería, Oklahoma ya no vivía cómodamente en el aro local. Otros 9 puntos de un gran Oladipo impedían al Real Madrid la remontada. Pero el partido había dado un giro radical. Era el conjunto madridista el que levantaba al Palacio con Doncic al mando y jugadas de mérito como el alley oop con Randolph. Este último, Carroll y Rudy llevaron a los blancos a un parcial de 10-0 en dos minutos con el que se pusieron por delante 112-111 tras triple del mallorquín. Con el Madrid lanzado a por el triunfo, Kanter, primero, y Abrines, con dos triples, después, silenciaban el Palacio con el 119-125 a falta de 30 segundos.
Pero lo mejor estaba por llegar. El Madrid no se rindió y creyó siempre en sus posibilidades. Quería rematar la faena. Nocioni forzó un triple con falta. Anotó dos tiros libres y en el tercero el rebote fue a parar a manos de ¡¡ohh sorpresa estoy sólo en el triple!! don Sergio Llull, que clavó el triple que les llevaba a la prórroga para delirio de la afición (126-126, min. 48). ¡Partidazo! Ya en el tiempo extra, el Madrid elevó si cabe su nivel y dio la puntilla definitiva a los Thunder en el último minuto con otro triple de Llull y cinco puntos de Hunter, incluido otro triple. Al final, gesta en el Palacio, que vivió otra noche mágica (142-137).
Visto lo visto, sensaciones tras sensaciones, sólo queda una cosa: Disfrutar de este tipo que un día dijo NO a la NBA y sus petrodolares del tío Gilito. Sigamos disfrutando de sus Buzzer-Beaters o mandarinas depende para quién en cada jornada, aunque yo me sigo quedando con una en especial (lo siento gente del Turia).
