El regreso de Paul George
Fue el 1 de agosto de 2014. Hace casi dos años ya. En un partido amistoso de preparación para el Mundial de España que disputaba el combinado nacional estadounidense contra sí mismo, dividido en dos equipos. Una de las estrellas de ese equipo, que a la postre se llevaría el oro, era Paul George. En los Playoffs de ese año la estrella de Indiana firmaba 22,6 puntos y 7,6 rebotes por partido con un 40 % en tiros más allá del arco, aumentando casi todos los apartados estadísticos con respecto a los números firmados en la temporada regular. Llevando a su equipo hasta las 56 victorias, cifra que les hizo terminar en el primer puesto en la conferencia este. Con actuaciones impresionantes como los 39 puntos del cuarto partido contra los Wizards en semifinales de conferencia o los 37 del quinto partido contra los Heat en la final de conferencia. Aunque lo más destacado fuera probablemente la defensa ejercida sobre LeBron James al que consiguió reducir notablemente sus promedios: casi 5 puntos, 1 asistencia y casi 1 rebote menos por partido, bajando hasta en un 5 % su porcentaje en tiro de 3. Era el segundo año consecutivo que ponían en problemas a los Heat en su camino hasta la final.
Con todo esto y solamente 24 años, Paul George estaba reclamando que se le considerase de una vez por todas entre los mejores del mundo, a pesar de coincidir en posición en la cancha con los dos grandes del momento, a saber, Kevin Durant y el propio LeBron James. Pero llegó la desgracia aquella fatídica noche en el Thomas & Mack Center de la Universidad de Nevada, Las Vegas. En una acción similar a la que dejó a Jorge Garbajosa retorciéndose de dolor en el suelo el 26 de marzo de 2007, y de la que probablemente jamás dejará de arrepentirse el alero de los Pacers, George fue a taponar un contraataque sin mayor relevancia que iba a terminar sin oposición James Harden, aterrizando desafortunadamente mal, golpeándose la pierna con el soporte de la canasta, dejando así una de las peores imágenes de los últimos años en la NBA. El resultado: una fractura abierta de tibia y peroné que hizo dudar en un primer momento incluso de su retorno a las canchas algún día.
Por suerte no fue así. Casi un año después regresó para disputar los últimos 6 partidos de liga regular con los Pacers y ya en la temporada que acaba de terminar recuperó su mejor nivel, firmando sus mejores números en puntos, asistencias y robos por partido. Una vez terminada la temporada, donde los de Indiana dieron más guerra en Playoffs de la que en un principio cabía esperar, el alero californiano quería sacarse una espina y volver a representar a su país en los que además serán sus primeros Juegos Olímpicos. Es por esto que gran parte de la atención en el primer partido de preparación del equipo americano contra Argentina estaba puesta sobre su figura. Caprichoso el destino quiso que el escenario en el que se disputase el amistoso fuera el mismo, lo cual no es tan extraño ya que es una cancha recurrente en las giras preparatorias de la selección favorita para el oro olímpico. El público celebró enérgicamente la primera canasta de George y él, por supuesto, no defraudó. Con 18 puntos gracias a un 7 de 11 en tiros de campo, fue de los mejores junto con Durant que hizo 23 (4 de 9 en triples), Carmelo Anthony (17 puntos, 5 de 8 en triples y 7 rebotes) y DeMarcus Cousins que dominó por dentro (14 puntos y 15 rebotes). Nadie jugó más de 22 minutos y el resultado final fue 111 a 74 con victoria para los norteamericanos. Por parte de Argentina destacaron Nocioni (con 15 puntos y 7 rebotes) y Ginóbili (con 11 puntos y 4 de 8 en tiros de campo).