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That´s All folks!!!


Pues se acabó. Fiel a su forma de ser, Tim Duncan ha puesto punto y final a su carrera deportiva en el mundo del baloncesto como jugador en activo tras 19 temporadas en los Spurs de San Antonio en las que consiguió 5 anillos de campeón. Sin alharacas, ni bombo, ni platillo, a través de un comunicado en la página web de los Spurs en el que el equipo anuncia su retirada y le agradece todo lo que ha aportado a la franquicia a lo largo de estos 19 años. Sin más.

No ha querido hacer un show durante una temporada entera, al estilo Kobe Bryant, recibiendo el aplauso fácil y sentimentaloide de aquellos aficionados de los equipos rivales que, en la mayoría de los casos, le odiaban por la antipatía y seriedad que transmite.

Podía dedicarme a decir todo lo que en cualquier página web podéis descubrir con tan sólo escribir su nombre, datos, números, curiosidades, anécdotas,… pero prefiero escribir desde mi intimidad acerca del que para mí es el mejor cuatro de toda la historia…o al menos el mejor cuatro que yo he visto en mi vida.

La primera noticia que tuve yo de Tim Duncan fue siendo universitario, porque compartía equipo en Wake Forest con un españolito que había dado el salto hacia la NCAA abandonando los contratos golosos que le ofrecía el Real Madrid: Ricardo Peral. Este jugador, al que apenas vi jugar en un par de oportunidades (antes no era tan fácil acceder a los partidos) en el Guadalajara (EBA) y en el Real Madrid, era lo más parecido a Tony Kukoc que yo he visto, y jugaba al lado de Ismael Santos, José Lasa, y Silva en el Guadalajara, equipo que por aquel entonces estaba vinculado al Real Madrid. El decidió no dar el salto al profesionalismo y decidió jugar en la NCAA, pero el Real Madrid no estaba por la labor y, al igual que hizo con Antonio Martín cuando quiso jugar con Perdue, presentó documentos ante la liga universitaria estadounidense que declaraban que Peral había cobrado por jugar al baloncesto. Esto lo que logró fue que Peral prefiriese quedarse un año en EEUU sin jugar antes que regresar al Real Madrid y ceder ante el chantaje. Cuando terminó su periplo universitario en 1997 (al mismo tiempo que Duncan), en vez de regresar a Madrid se marchó a Grecia, al PAOK, en donde jugó 3 temporadas para después retirarse hastiado del baloncesto.

Disculpadme que me haya desviado del tema que nos ocupa….pero no podía por menos que rendir un homenaje a un jugador que me encantó lo poco que pude verle jugar. Volvamos a Tim.

En el año 1996 los Spurs de San Antonio comenzaron la temporada siendo dirigidos por Bob Hill, pero una desastrosa campaña de los texanos, a consecuencia de una lesión de David Robinson, quien tan sólo disputó 6 partidos ese año, hizo que fuese destituido después de 16 encuentros y que su reemplazo fuese Gregg Popovich. Yo recuerdo aquello como algo absolutamente premeditado con el fin de conseguir el primer puesto en el DRAFT del año 97 y poder elegir al que era considerado mejor jugador universitario, que no era otro que Tim Duncan. Los Spurs acabaron la temporada con 20 victorias y 62 derrotas y lograron su objetivo: Tim Duncan.

Con esa maniobra los Spurs y Popovich se ganaron mi antipatía por aquello del honor y de las trampas para conseguir un propósito que te beneficie. Tampoco es que Tim Duncan fuese la alegría de la huerta…y nunca lo ha sido…pero la jugada les salió redonda a los Spurs, y aquel equipo que nunca había ganado nada hasta entonces (similar situación a la que habían vivido los Bulls de Chicago antes de elegir a Michael Jordan), se convirtió en el equipo que dominaría la NBA en la década. Tras lograr el título de rookie del año, en su primera temporada condujo a los Spurs hacia los PlayOffs para caer eliminados en semifinales de conferencia por los Jazz de Utah.

Luke y Obi

El año 98 fue el año del lockout, y la NBA estuvo parada durante meses, disputándose tan sólo 50 partidos de Temporada Regular. Aquel año los Spurs arrasaron en los PlayOffs y se convirtieron en campeones de la NBA por primera vez en su historia…y mi antipatía hacia ellos crecía exponencialmente. Phil Jackson me dio la razón calificándoles como “Campeones con asterisco”, haciendo referencia a la irregularidad de la temporada. Duncan fue nombrado MVP de las finales en aquel equipo que a mí me parecía que aburría a las ovejas con su juego. El equivocado era yo…y el tiempo me dio la razón.

Luego llegaron otros tres títulos más en los años 2003, 2005 y 2007 en aquella final en la que arrasaron a los Cavaliers de Cleveland de un joven e imberbe LeBron James que se vio impotente ante el juego que desplegaban los Spurs de Popovich y Duncan. Al final del cuarto y definitivo partido Tim Duncan se abrazó a LeBron y le consoló con aquella mítica frase que decía “No te preocupes, esta liga será tuya en pocos años”. Los Spurs empezaban a caerme mejor, no sé si por cuestión de la edad, o porque entendía algo más de baloncesto, o porque el equipo se iba “europeizando” de cada vez más con los fichajes de Tony Parker, Manu Ginobili, Fabricio Oberto, Nando de Colo, Boris Diaw…o por todo en conjunto. El caso es que sin darme cuenta había pasado a ser fan de los antipáticos e irascibles Spurs de San Antonio, con Tim Duncan y Gregg Popovich a la cabeza.

Así pasaron entonces varios años sin que los Spurs jugasen tan siquiera la final de la NBA, hasta que en el 2013 se produce el reencuentro de Duncan y James en el que sería el primer anillo de The Choosen One para convertirse en The King por fin. Aquella final se decidió por pequeños detalles…pero yo me quedo con una jugada que a día de hoy continúo creyendo firmemente que les dio el título a los Heat de Miami…y no fue el triple de Ray Allen del 6º partido, sino en la prórroga, cuando a falta de 10 segundos y con los Spurs perdiendo de un punto, el balón llega a manos de Ginobili, que hace una penetración hacia canasta y Ray Allen le hizo una falta personal que los árbitros decidieron no ver y que llevó al 7º partido la final.

Aún así la historia dio una nueva oportunidad a los Spurs de resarcirse y en el 2014 se repitió la final, pero el desenlace fue distinto. y San Antonio ganó su quinto y último anillo hasta la fecha. Todos de la mano de Duncan…y de Popovich. Una pareja que se deshace hoy, pero es algo inevitable, “ley de vida” que se dice, pero para mí serán los culpables de que mi visión sobre el baloncesto cambiase hacia otra forma de verlo y de entenderlo, y de que aquellos personajes antipáticos y uraños de hace casi 20 años, se hayan convertido en unos cascarrabias simpáticos y graciosos con su sorna e ironía.

Gracias Tim.

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