Pese a todo el Manresa nunca se quema

El Basquet Manresa es un club singular. En el recuerdo quedan aquella Copa que ganó la temporada 95-96 y aquella liga de la 97-98 que nos sorprendió a todos. Ahora en las últimas cuatro temporadas se ha salvado del descenso de forma milagrosa. En las dos primeras deportivamente perdió la categoría pero pudo continuar en la ACB en los despachos. En la pasada se salvó del descenso con aquella increible victoria en la última jornada en la pista del R.Madrid. En la actual fue el Guipuzcoa con su triunfo contra el Estudiantes que además llegaba en los últimos minutos cuando los estudiantiles tenían pràcticamente asegurada la permanencia. Al regresar a Manresa los jugadores fueron recibidos como si hubieran conseguido un título más. Es difícil, por no decir imposible, encontrar un equipo que juegue tanto con fuego sin salir nunca quemado.

Y es un club singular porque su presidente Josep Vives que además de periodista es abogado permaneció en el cargo desde el año 2002 hasta el 2015, todo un record ja que en más de una ocasión a punto estuvo de desaparecer por los graves problemas económicos. Vives no se escondió nunca de criticar a la directiva del Barcelona por su nula colaboración en su demanda de jugadores como en el caso de Mario Hejonza quien antes de ir a la NBA estuvo tres tres temporadas bajo las órdenes de Xavi Pascual con quien prácticamente no contava ya que en varias ocasiones llegaba tarde a los entrenamientos y era una forma de castigarle para dar ejemplo a la plantilla. El caso se ha repetido con Marcus Eriksson que el Barcelona fichó del Manresa cuando era júnior. Lo cedió una temporada pero cuando habían acordado su continuidad, en el último momento Pascual se opuso rotundamente.

Unos meses después y ante la increduliidad general el presidente del Barcelona nombrava a Vives portavoz oficial de la entidad. Pero con él en un cargo tan importante las cosas no han mejorado nada para el nuevo presidente Jaume Arnau para quien las puertas del Palau continuan cerradas. Es mas, las relaciones están completamente rotas después que en la penúltima jornada de la liga regular el Barça perdiera en la pista del Estudiantes haciendo un gran ridículo. Pero el Manresa parece un gato: tiene siete vidas. Si es así ya han pasado cuatro.

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