Hasta la vista, Baby
- Pedro Allas
- 31 may 2016
- 2 Min. de lectura

Por fin tenemos finalista por el oeste en la NBA. Los Golden State Warriors se han impuesto a los Oklahoma City Thunder en un mal partido en ataque, el peor con mucha diferencia de toda la serie, en el que Stephen Carry se ha convertido en el hombre que ha conducido a su equipo hacia la victoria, acompañado en algún momento por Klay Thompson. Es la tercera vez en la historia de la NBA en la que un equipo campeón remonta un 3-1 en contra. Todo un logro ante un equipo de Oklahoma que comenzó el partido muy serio en el campo, aprovechándose de todos los errores que cometían los Warriors en sus lanzamientos, precipitados y sin movimiento de balón, queriendo que todos los jugadores fuesen partícipes del juego, pero sin lograr efectividad de cara al aro. Mientras que los Thunder dominaban el rebote ofensivo una vez más, lo que les permitía maquillar en cierto modo su desacierto con segundas y terceras oportunidades de lanzamiento. Así en el primer cuarto Oklahoma cogía una ventaja de 5 puntos, pero lo más destacado eran los pírricos y escuálidos 19 puntos de Golden State.
En el segundo cuarto la cosa no cambió demasiado, con Westbrook tomando la responsabilidad anotadora y poniendo a su equipo con una ventaja máxima de 13 puntos ante la ineficacia ofensiva de los de Oakland, en donde únicamente Klay Thompson con 12 puntos en este cuarto era capaz de mantener a los suyos compitiendo en el partido decisivo. Así y todo el marcador se quedó en un 42-48 que era muy esperanzador para los locales teniendo en cuenta lo mal que estaban jugando, pero es que los Thunder sólo estaban un poquitín mejor.
Y entonces ocurrió lo que tiene que ocurrir cuando no aprovechas tus oportunidades, no ya de ganar, sino de ponerle las cosas lo más difícil posible a tu rival. A ET-phen Curry se le empezó a calentar la muñeca con la misma rapidez que se enfriaron las de Westbrook y Durant…y la de todo el equipo de Oklahoma para que la tormenta de negros nubarrones que se avecinaba sobre la bahía se quedase en cuatro gotas que dieron paso a un cielo completamente despejado en el que el sol amarillo, como las camisetas de los espectadores en la grada, lucía radiante en todo lo alto. 12 puntos en 12 minutos para los Thunder y los Warriors dominando, de manera definitiva ya, el marcador por un 71-60.
En el último cuarto Kevin Durant lo intentó por todos los medios pero Westbrook no le acompañó. Tan sólo Ibaka estaba a su lado en el intento. Pero Curry se bastó solo para mantener a raya al equipo de Oklahoma anotando 15 puntos de los 36 que metió en el partido (24 en la segunda mitad).
Si os habéis dado cuenta hay un jugador, destacado en el resto de la serie, del cual no he hablado aún, y es que Billy Donovan debería de explicar lo que parece inexplicable a todas luces, y es el por qué Steven Adams ha jugado hoy muchos menos minutos que en ningún partido de la serie.
De nuevo Skynet se ha cortocircuitado en el momento más importante para ellos y John Connor ha triunfado.
Hasta la vista, baby.
댓글