CRUJIR Y RECHINAR DE DIENTES
Victoria de unos Warriors que chirrían. La máquina perfectamente engrasada que logró alcanzar las más altas cotas del baloncesto en la que todos y cada uno de sus engranajes, muelles, tuercas y tornillos actuaban con suavidad y total eficacia ha pasado a ser una especie de “quiero y no puedo”, al mismo tiempo que los Thunder son un equipo que da el mismo miedo que una tormenta de verano en mitad del campo. Incluso hoy, cuando estaban perdiendo de 11 puntos a falta de un minuto para el final, daba la sensación de que eran capaces de poder remontar el partido.
Hoy GSW ha sido capaz de controlar en algunos aspectos en los que habían naufragado en los partidos disputados en Oklahoma, como ha sido el control en el rebote, tanto el defensivo como el ofensivo, empatando a rechaces capturados con OKC (45-45) gracias, sobre todo, a la aportación de Bogut (14) y Green (13) en este sentido. Han perdido menos balones que su rival a pesar de que Curry (5) no está todo lo fino que desearían los Warriors en ese sentido, pero hoy ha tenido un serio competidor en Weestbrook (7) y eso les ha facilitado la vida. Y, sobre todo, han sabido mantenerse mentalmente en el partido, sobreponiéndose a la presión verse obligados a ganar si no querían caer eliminados a las primeras de cambio…y en su propia cancha.
El partido fue igualado desde el inicio, donde más que las defensas de los equipos contrarios se imponían los errores propios. Prueba de ello era el 28 por ciento de acierto en el lanzamiento de los OKC y el 12 por ciento en tiros de 3 puntos de los GSW. En este primer cuarto hubo más rebotes en total que en ninguno de los 3 siguientes. 25-21 para los locales, con Klay Thompson y Durant destacando en la anotación de sus equipos.
En el segundo cuarto los Warriors intentaron, sin lograrlo, despegarse en el marcador. Curry, Thompson y…Speights (9 puntos en este cuarto de este pívot con alma de alero tirador. Lo más parecido a un hombre pegado a una verruga), pero los Thunder también tenían su arma secreta en el banquillo, y Anthony Morrow apareció, después de no haber contado para nada en los partidos de Oklahoma, para confirmarse como un excelente tirador y anotar 7 puntos sin fallo, además de los habituales Durant y Westbrook. Así se llegó al descanso con una ventaja de 8 puntos (58-50) para los alegres chicos de la bahía, que no dejaban de mirar de reojo con desconfianza a esos muchachos de la meseta.
Y entonces apareció Draymond Green para facilitar el trabajo de la remontada a los de Oklahoma. En un minuto le metieron una canasta, hizo una personal a un lanzamiento de tres puntos de Durant y le pitaron una técnica (la quinta en estos PlayOffs) y el partido se puso con un 67-68 para los Thunder después de un triple cómodo de Westbrook. Era la primera, y única vez, que se ponían por delante en el marcador en el partido y durante los minutos siguientes hubo una incertidumbre muy real de si los Warriors conseguirían estar concentrados en el partido y no ceder ante los nervios. Se llegó al final del tercer cuarto con 81-77 gracias a que Green se redimió en parte de sus errores iniciales con 5 puntos, un robo y un rebote ofensivo.
Y entramos en el cuarto decisivo para los Warriors. O ganas o eliminado. Y todo empezó de manera maravillosa para ellos, pero sufriendo como perros ante este equipo que parece el hombre del saco, con Livingston, Iguadala, Barnes y Speights en la cancha consiguiendo la máxima diferencia en el marcador (13 puntos), pero a cada canasta de los GSW respondían inmediata y fácilmente Durant, Westbrook e…Ibaka con dos triplazos que dejaba helada cualquier conato de posible euforia de los aficionados locales. A pesar de que Stephen Curry (31 puntos en el partido) apareció por fin del modo en que todos le conocemos en este cuarto, los últimos minutos, aunque parezca mentira, fueron casi una película de terror para los Warriors, que vieron como Durant y Westbrook anotaban 5 puntos consecutivos y tenían el balón para haber reducido la diferencia hasta los 3 puntos, pero K.D. (40 puntos en el partido) falló…y el Lobo Feroz no se comió esta vez a la abuelita.
El sábado veremos si será un “colorín colorado” o un “estoy aquiiii”.