El último héroe griego
Dimitris Diamantidis con 36 años de edad jugó su último partido de Euroliga ante el Laboral Kutxa Baskonia en Atenas anunciando su retirada tras haber ganado esta competición en tres ocasiones 2007, 2009 y 2011, dirigido por Zeljko Obradovic, y siendo el único jugador designado MVP de la Liga Regular y Final Four en la misma temporada 2010-2011.
Nació el 6 de mayo de 1980 en una pequeña localidad griega denominada Kastoria a orillas del lago Orestiada próximo a la frontera con Macedonia y Albania, con 1,98 cm de altura sus comienzos fueron de alero, y en 1999 debutó con 19 años como profesional en el Iraklis BC obteniendo el galardón de MVP de la Liga doméstica en la temporada 2003-2004.
Ya en esos instantes su posición en la cancha era de director de orquesta destacando no sólo en la organización del juego sino en el rol defensivo, y tras esa exitosa temporada a nivel individual fue fichado por el Panathinaikos BC ateniense, club con el que consigue los mayores éxitos a nivel colectivo.
Su tiro mejoró en los lanzamiento lejanos desde más allá de la línea de los 6,75 lo que constituyó una amenaza para sus rivales, pero donde más brilló fue en los robos de balones y en la defensa lo que ha llevado a marcar un hito histórico en Europa pues ha sido nombrado mejor defensor en 6 ocasiones de la Euroliga y estar en el mejor quinteto de la Década de esta competición (2001-2010).
Con la selección helena obtuvo la medalla de oro en el Eurobasket 2005 acompañado de la otra leyenda, Spanoulis, y la medalla de plata en el Mundial de Japón 2006 donde no pudieron derrotar a la España de los Gasol, Navarro, Rudy y compañía.
Su evolución en el juego ha sido determinante, inteligente dentro de la cancha aprovechando su altura para la posición que ocupaba lo que originó en múltiples ocasiones jugar en el poste bajo con superioridad.
En definitiva, desde Mate al Aro vaya nuestro homenaje a un jugador que ha marcado una época en el baloncesto europeo revolucionando la posición de base con una nueva versión versátil y un juego en el que no sólo se dedicó a asistir a sus compañeros, sino anotar desde fuera y el interior de la zona a lo que no estábamos acostumbrados.